COREA DEL NORTE - Pyongyang detona bajo tierra BOMBA ATOMICA
El planeta Tierra es un lugar más inseguro y peligroso desde el 3 de octubre de 2006. Ese día, Corea del Norte, uno de los países más pobres y aislados del mundo, realizó su primer ensayo nuclear al hacer estallar una bomba atómica. Desafiando a la comunidad internacional, que lleva días advirtiendo de las consecuencias de la prueba, el régimen estalinista agitó la ya convulsa situación global y, de paso, ingresó, en su condición de 'oveja negra', en el club de las potencias nucleares, formado por Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido, India, Pakistán e Israel.
Según la agencia estatal de información Korean Central News (KCNA), el ensayo tuvo lugar dentro de una montaña en Hwaderi, cerca de la ciudad de Kilju y en la provincia de Hamkyung, situada al nordeste del país y a unos 110 kilómetros de la frontera con China. Tras advertir con una hora de antelación a sus aliados chinos, que dieron el aviso a Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, los científicos de Pyongyang procedieron a la detonación bajo tierra del artefacto. La deflagración provocó un temblor de entre 3,6 y 4,2 grados de magnitud que fue detectado por los servicios sismológicos de las naciones vecinas, que temen que se produzcan filtraciones radioactivas.
En este sentido, la bomba podría liberar una energía similar a entre 1.000 y 10.000 toneladas de dinamita, algo menor que la arrojada sobre la ciudad nipona de Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial, equivalente a unas 15.000 toneladas de TNT. Pero, al margen de la intensidad de la explosión, la prueba nuclear de Corea del Norte disparó todas las alarmas en Asia, no sólo por sus evidentes riesgos, sino por la confirmación de que un dictador como Kim Jong-Il, quien dirige con puño de hierro este pequeño país de veintitrés millones de habitantes, ya dispone de su particular 'juguete' atómico.
Sin ir más lejos, la agencia KCNA definió al ensayo, ejecutado con «tecnología e inteligencia cien por cien norcoreanas», como «el gran salto adelante en la construcción de una nación socialista próspera y poderosa», asegurando que «contribuirá a mantener la paz y la estabilidad» en la península de Corea. Una opinión que en absoluto comparten sus vecinos, que se enfrentan a una nueva amenaza de Pyongyang tras el lanzamiento el pasado 5 de julio de siete misiles.
De viaje oficial en Seúl, adonde llegó ayer tras su encuentro con los máximos dirigentes chinos, el recién nombrado primer ministro de Japón, Shinzo Abe, analizó la situación con el presidente surcoreano, Roh Moo-Hyun, por lo que ambos criticaron con dureza el desafío del régimen estalinista.
Máxima alerta militar
«La posesión de armas atómicas transformará la seguridad en Asia, que entra en una peligrosa era nuclear», advirtió Abe. Mientras tanto, Roh Moo-Hyun convocó al Consejo Nacional de Seguridad y declaró la máxima alerta en el Ejército, que vigila con ayuda de tropas norteamericanas y armado hasta los dientes la frontera que divide a ambos países desde el fin de la guerra (1950-53).
Además, el Gobierno de Corea del Sur ya ha decidido congelar la ayuda humanitaria que destinaba al cainita hermano del norte, como un envío de 4.000 toneladas de cemento que iba a partir hoy mismo. Y es que los servicios secretos temen, según explicó al Parlamento su máximo responsable, Kim Seung-Gyu, que el régimen estalinista prepara otra prueba, ya que se han detectado movimientos sospechosos en las instalaciones militares de Punggyeri, donde Pyongyang lleva a cabo este tipo de experimentos.
Por su parte, China, el principal aliado de Corea del Norte, no dudó en mostrar su «más resuelta oposición al flagrante ensayo atómico», según un comunicado emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores. La contundente reacción de Pekín deja aún más aislado al régimen estalinista de Pyongyang, que se queda únicamente con la media docena de bombas nucleares que podría tener, pero que los analistas dudan de que puedan ser acopladas a alguno de los cientos de misiles que conforman su incontrolable arsenal.
CARRERA NUCLEAR ¿Cuántas bombas nucleares puede tener el régimen comunista de Corea del Norte?
La prueba realizada ayer es la primera evidencia confirmada de que Corea del Norte dispone de la tecnología nuclear necesaria para fabricar una bomba atómica. No existen datos fidedignos sobre la cantidad de ingenios con que cuenta, pero los expertos consideran que estaría en posesión de material para fabricar media docena de artefactos, aunque todos de pequeño tamaño, similar al usado ayer. ¿Podría lanzar un artefacto atómico contra otro país mediante cohetes de medio alcance?
La posibilidad de que pueda usar misiles balísticos para agredir con material atómico preocupa especialmente a Corea del Sur y Japón, y en menor medida a Estados Unidos. De hecho, Pyonyang sorprendió al mundo 1998 con un proyectil que sobrevoló el territorio nipón y cayó sobre el océano Pacífico. El julio pasado, lanzó otros siete proyectiles que, en teoría, podrían alcanzar Alaska. ¿Por qué Corea ha sido el país que ha inaugurado las pruebas nucleares del siglo XXI?
Los analistas internacionales coinciden en enmarcar la explosión realizada en el pulso que mantiene el régimen del Kim Jong-Il con Washington. Estiman que Corea del Norte pretende negociar de igual a igual con la Administración Bush y eludir la intermediación de otros países al estar ya incorporado al grupo de estados que cuentan con tecnología nuclear, potencialmente válido para agresiones.
Según la agencia estatal de información Korean Central News (KCNA), el ensayo tuvo lugar dentro de una montaña en Hwaderi, cerca de la ciudad de Kilju y en la provincia de Hamkyung, situada al nordeste del país y a unos 110 kilómetros de la frontera con China. Tras advertir con una hora de antelación a sus aliados chinos, que dieron el aviso a Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, los científicos de Pyongyang procedieron a la detonación bajo tierra del artefacto. La deflagración provocó un temblor de entre 3,6 y 4,2 grados de magnitud que fue detectado por los servicios sismológicos de las naciones vecinas, que temen que se produzcan filtraciones radioactivas.
En este sentido, la bomba podría liberar una energía similar a entre 1.000 y 10.000 toneladas de dinamita, algo menor que la arrojada sobre la ciudad nipona de Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial, equivalente a unas 15.000 toneladas de TNT. Pero, al margen de la intensidad de la explosión, la prueba nuclear de Corea del Norte disparó todas las alarmas en Asia, no sólo por sus evidentes riesgos, sino por la confirmación de que un dictador como Kim Jong-Il, quien dirige con puño de hierro este pequeño país de veintitrés millones de habitantes, ya dispone de su particular 'juguete' atómico.
Sin ir más lejos, la agencia KCNA definió al ensayo, ejecutado con «tecnología e inteligencia cien por cien norcoreanas», como «el gran salto adelante en la construcción de una nación socialista próspera y poderosa», asegurando que «contribuirá a mantener la paz y la estabilidad» en la península de Corea. Una opinión que en absoluto comparten sus vecinos, que se enfrentan a una nueva amenaza de Pyongyang tras el lanzamiento el pasado 5 de julio de siete misiles.
De viaje oficial en Seúl, adonde llegó ayer tras su encuentro con los máximos dirigentes chinos, el recién nombrado primer ministro de Japón, Shinzo Abe, analizó la situación con el presidente surcoreano, Roh Moo-Hyun, por lo que ambos criticaron con dureza el desafío del régimen estalinista.
Máxima alerta militar
«La posesión de armas atómicas transformará la seguridad en Asia, que entra en una peligrosa era nuclear», advirtió Abe. Mientras tanto, Roh Moo-Hyun convocó al Consejo Nacional de Seguridad y declaró la máxima alerta en el Ejército, que vigila con ayuda de tropas norteamericanas y armado hasta los dientes la frontera que divide a ambos países desde el fin de la guerra (1950-53).
Además, el Gobierno de Corea del Sur ya ha decidido congelar la ayuda humanitaria que destinaba al cainita hermano del norte, como un envío de 4.000 toneladas de cemento que iba a partir hoy mismo. Y es que los servicios secretos temen, según explicó al Parlamento su máximo responsable, Kim Seung-Gyu, que el régimen estalinista prepara otra prueba, ya que se han detectado movimientos sospechosos en las instalaciones militares de Punggyeri, donde Pyongyang lleva a cabo este tipo de experimentos.
Por su parte, China, el principal aliado de Corea del Norte, no dudó en mostrar su «más resuelta oposición al flagrante ensayo atómico», según un comunicado emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores. La contundente reacción de Pekín deja aún más aislado al régimen estalinista de Pyongyang, que se queda únicamente con la media docena de bombas nucleares que podría tener, pero que los analistas dudan de que puedan ser acopladas a alguno de los cientos de misiles que conforman su incontrolable arsenal.
CARRERA NUCLEAR ¿Cuántas bombas nucleares puede tener el régimen comunista de Corea del Norte?
La prueba realizada ayer es la primera evidencia confirmada de que Corea del Norte dispone de la tecnología nuclear necesaria para fabricar una bomba atómica. No existen datos fidedignos sobre la cantidad de ingenios con que cuenta, pero los expertos consideran que estaría en posesión de material para fabricar media docena de artefactos, aunque todos de pequeño tamaño, similar al usado ayer. ¿Podría lanzar un artefacto atómico contra otro país mediante cohetes de medio alcance?
La posibilidad de que pueda usar misiles balísticos para agredir con material atómico preocupa especialmente a Corea del Sur y Japón, y en menor medida a Estados Unidos. De hecho, Pyonyang sorprendió al mundo 1998 con un proyectil que sobrevoló el territorio nipón y cayó sobre el océano Pacífico. El julio pasado, lanzó otros siete proyectiles que, en teoría, podrían alcanzar Alaska. ¿Por qué Corea ha sido el país que ha inaugurado las pruebas nucleares del siglo XXI?
Los analistas internacionales coinciden en enmarcar la explosión realizada en el pulso que mantiene el régimen del Kim Jong-Il con Washington. Estiman que Corea del Norte pretende negociar de igual a igual con la Administración Bush y eludir la intermediación de otros países al estar ya incorporado al grupo de estados que cuentan con tecnología nuclear, potencialmente válido para agresiones.
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