TRAGICO TERREMOTO - PERU, ENTRE EL HORROR Y LA SOLIRADIDAD DEL MUNDO

Miércoles 15 de agosto de 2007 - 18,41hs (local) , 20,41hs (Argentina)
Magnitud 8,0 (escala de Richter)
Al menos 510 muertos, 1500 heridos y 80 mil damnificados.


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Un feroz terremoto de 7,7 grados en la escala Richter sacudió miércoles 15 de agosto de 2007 a buena parte de Perú especialmente en la zona costera e incluyó a Lima, provocando más de 510 muertos y al menos 1500 heridos, escenas de pánico, derrumbes de viviendas precarias, además de roturas de vidrios, caída de árboles, apagones y daños en casas y departamentos. Pero aún más grave, el sismo fue seguido de un inquietante alerta de tsunami potencialmente destructivo, según el dato preliminar del Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico. Ese riesgo produjo evacuaciones de poblaciones costeras, pero luego el alerta fue desactivado.

El US Geological Survey (USGS) en tanto, indicó que el sismo ocurrió a las 18.41 hora local, 20.41 hora argentina, con epicentro a 46 kilómetros al sureste de Lima.
El largo temblor duró dos minutos, una extensión infrecuente, y tras él se sintieron al menos tres réplicas más leves.
Un portavoz del Instituto Geofísico, Hernando Tavera, explicó que el sismo alcanzó una intensidad de seis grados en la escala de Mercalli en los puntos más próximos al epicentro, lo que lo convierte en uno de los más fuertes registrados en los últimos años.
El Instituto Geofísico de Perú localizó en el mar el epicentro en la costa central del país, a una profundidad focal de 178 kilóme­tros, a 33 kilómetros al oeste de Chincha, a 200 kilómetros al sur de Lima. E indicó que el temblor fue sentido hasta Colombia y también en Ecuador.

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Pisco, entre la muerte y el desamparo
Fueron enterradas las víctimas; crecen los saqueos y hay demoras en la ayuda

PISCO.- La tierra bramó y quedó polvo, espeso, nauseabundo. El mar se embraveció y quedó miedo, agudo, creciente. Las casas se cayeron, la muerte se irguió, y hoy, en Pisco, queda lo peor del sufri­miento: dolor, temor, desamparo, aislamiento.
Acostumbrada a convivir con la tragedia casi histórica de la pobreza, esta ciudad peruana soporta desde el miércoles una catástrofe tras otra. Primero fue la del terremoto. Luego fue la del dolor de enfrentarse con la certeza del final, con la certeza de la muerte, de la destrucción y de los saqueos.
A medida que la mañana se instalaba, la búsqueda de sobrevivientes parecía más y más infructuosa. Los escombros dejados por el terremoto, uno de los de mayor magnitud en el mundo en la última década, escondían decenas de cuerpos.
Pero, bajo los restos del 70 por ciento de las casas de Pisco, entre el adobe pulverizado que se adueñó del ai­re, el olor a putrefacción y el ruido de excavadoras, había pocos sobrevivientes.
El jueves 16 de agosto había sido el día de la desesperación por encontrar a familiares o amigos desaparecidos. El viernes 17 de agosto fue el día de reconocer sus cuerpos y enterrarlos. Lo antes posible, para evitar que enfermedades y bacterias contaminen las estrechas y caóticas calles de la ciudad.

Y así, el cementerio municipal se convirtió en el paradójico corazón de Pisco.

"Me voy a quedar aquí todo el día; ahorita estamos esperando para en­terrar a mi nuera y a su madre, y a la tarde vamos a enterrar a mi vecina", contaba Dolores de Pradinett, una jubilada a quien le parecía "injusto" llorar porque sus tres pequeños nietos se habían salvado cuando el techo de su casa les cayó encima.
Pradinett hacía fila con un grupo de amigos. Fila para encontrar un nicho disponible, fila para escribir a mano con pintura negra el nombre de sus familiares sobre dos pedazos de madera convertidos en improvisadas lápidas.
Antes que ella había decenas de familias en llanto, esperando hacer lo mismo. Después de ella, incluso más. Es que la muerte no dio abasto en Pisco.
En los alrededores del camposanto, la actividad no era menor que adentro. Familiares o amigos de los cientos de muertos que dejó el sismo traían los ataúdes como podían.
Algunos lo hacían en taxis, otros los ataban a los techos o los baúles de sus autos, varios los cargaban a mano por cuadras. De hecho, los cajones no parecían muy pesados. De madera prensada o de plástico, cientos de ellos habían llegado finalmente a Pisco, en camiones oficiales, luego de que la autopista que conecta la ciudad con Lima fuera habilitada.

Si el destino final de los ataúdes era el cementerio, su lugar de partida eran los otros dos símbolos de la destrucción de Pisco: la Plaza de Armas y el Hospital General.
Dañado por el sismo y sin muchas posibilidades de dar cuidados a los miles de heridos, el hospital se transformó en la morgue. Decenas de cuerpos se apilaban en su patio y, tan sólo en las primeras horas del viernes, 50 cadáveres habían sido identificados.
Una vez que tenían su nombre y apellido, los cuerpos eran rápida­mente depositados por los propios familiares en cajones y trasladados al cementerio.
Gran parte de esos cadáveres venía de un par de cuadras hacia el Sur, de la Plaza de Armas, donde el viernes 17 se mez­claban la muerte con la ansiedad por sobrevivir.
Enfrente de la plaza, bomberos y rescatistas excavaban entre lo poco que quedó de la Iglesia de San Clemente. Cientos de personas estaban en misa cuando el terremoto estremeció el Sur; la mayoría murió.

Críticas al gobierno
Mientras muchos de sus parientes esperaban noticias sobre sus cuerpos, miles de residentes locales buscaban ayuda en las carpas instaladas por el gobierno del presidente Alan García. Ellos no tienen casa ni agua ni luz ni alimentos ni abrigo ni esperanza. Pero sí críticas.
"No tenemos qué comer, dónde dor­mir. Lo poco que hay para comprar ahora cuesta tres veces más que antes. Dijeron que iban a darnos frazadas y alimentos, pero no hay nada. Lo mandan todo a Ica (capital del departamento)", dijo Nery Doloriet cuando hacía cola en una carpa-enfermería para que un médico revisara a su nieta, herida en la cabeza por los escombros que cayeron.
Doloriet vivía a unas cuadras de la Plaza de Armas; su casa se desmoronó pero su familia salió ilesa. El viernes al mediodía se alimentó con un poco de arroz que repartieron funcionarios; fue su primera comida en un día y medio, desde el sismo.
Ahora necesita leche para sus nietos y mimbre para reconstruir como pueda su casa. De ella sólo queda polvo y, desde el miércoles, como la mayoría de los habitantes de Pisco, Doloriet duerme en la calle. Y lo hará hasta que alguien la ayude.
"Sobrevivir vamos a sobrevivir hasta que alguien se acuerde de nosotros", dijo mientras trataba de contener sus lágrimas.
El viernes, las críticas contra la falta de ayuda eran un grito común y agudo. Tanto, que el presidente García tuvo que explicar que la asistencia no llega porque las rutas están cortadas y los aviones y helicópteros son usados para trasladar heridos, a los que el gobierno otorgó prioridad sobre el transporte de víveres.

Sin seguridad
Las explicaciones de Alan García poco calmaron la ansiedad de unos residentes de Pisco que siempre se sin­tieron relegados en su pobreza.
"Somos pobres, por eso se evapo­raron nuestras casa (de precario adobe) y por eso se olvidan de nosotros", dijo María Quiroga, una joven que sobrevivió pese a que el techo se le cayó encima mientras miraba televisión.
Hasta el miércoles vendía comida en la calle durante las noches. Desde ese día, se dedica a custodiar, sentada en la vereda, los restos de su casa.
"Se roban todo; vienen a la noche y se roban todo. A una no le quedó nada y se roban eso poco. No hay nadie que vigile; la policía no existe", contó.
Pocos policías recorren de hecho los caseríos de Pisco; están concentrados en las tareas de rescate o en la distribución de la escasa ayuda. Y las historias de saqueos se multiplican en cada rincón de la ciudad.
El aislamiento, la falta de seguridad y de ayuda son hoy sinónimos de desamparo y, como si las tragedias de Pis­co no fueran pocas, a esas sensaciones se suma el miedo a otro sismo.
La vida a la intemperie es, desde el miércoles, la única opción en esta ciudad. Ya nadie duerme, cocina, come en sus casas o en lo que queda de ellas.
Tienen pánico a quedar sepultados si la tierra brama de nuevo o a ser arrastrados si del mar llegan olas gigantes.
Por eso, cuando cae la noche, aquellos que no se quedan para cuidar las pocas pertenencias suben a los cerros que rodean Pisco.
Desde allí, se ve la ciudad a oscu­ras, dominada por la incertidumbre y el sufrimiento.



Perú busca vidas entre escombros

- Desesperada búsqueda de sobrevivientes en poblaciones peruanas arrasadas por el terremoto de 8 grados. Los muertos ascienden a 510 (al llegar a ése número se dejaron de contar las victimas).
- Los dramáticos testimonios del horror y la desesperación contrastaban con la inmediata ola de solidaridad que se desató en todo el mundo.

En una desesperada bús­queda de sobrevivientes, con poblaciones arrasadas, sin servi­cios básicos y con problemas de comunicación, Perú afrontaba el jueves 16 de agosto las consecuencias del terremoto que provocó al menos 510 muertos, una cifra que se temía siguiera en franco aumento; unos 1.500 heridos y unos 80 mil damnificados.
Desde todo el mundo llovieron las muestras de solidaridad y se organizaron campañas destinadas a las miles de personas que quedaron sin techo.
El terremoto fue de 8 grados en la escala de Richter, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que revisó ayer al alza la magnitud original del sismo, que había situado en 7,9 grados. Desde el momento del temblor se sintieron en Perú unas 340 réplicas, algunas de fuerte intensidad, informó el Instituto Geofísico de Perú (IGP).
Si bien el movimiento se pudo sentir con fuerza en todo el país, afectó con mayor intensidad las ciudades de Pisco, Ica, Chincha, en el departamento de Ica, y Cañete, en el de Lima, que fueron declaradas en estado de emergencia.
El epicentro del fuerte terremoto, que también se sintió en países vecinos, se ubicó en el mar, a 167 kilómetros al sur de Lima y frente a las costas de la ciudad de Pisco.
Esta localidad, situada más de 200 kilómetros al sur de Lima, quedó destruida en un 70 por ciento y amaneció sin agua, luz y con problemas en las comunicaciones, informó su alcalde, Juan Mendoza. Imágenes difundidas por televisión mostraron decenas de cadáveres regados por calles y plazas de Pisco.
Los esfuerzos de los equipos de rescate se concentraban en la iglesia de San Clemente, que se derrumbó por completo mien­tras se celebraba un oficio religioso al que asistían cientos de feligrese.

Puente aéreo

El presidente peruano, Alan García, llegó a Pisco la mañana del jueves 16 para inspeccionar las acciones de apoyo a los damnificados y anunció que pronto llegará ayuda internacional. Tres aviones partieron a la madrugada desde Lima hacia la zona más afectada con varias toneladas de comida, mantas, tiendas de campaña y medicamentos y su distribución será coordinada desde el área de la catástrofe.
García anunció también la creación de "un puente aéreo con Lima para trasladar a los heridos y facilitar así que no se saturen los hospitales de la zona".
En Ica, 300 kilómetros al sur de Lima, se improvisaron desde el miércoles por la noche hospitales de campaña para atender a los heridos en medio de la fluido eléctrico.
En Chincha, el terremoto causó que unos 660 presos se fugaran de una cárcel de la región de Ica, ya que las paredes del penal quedaron convertidas en escombros, 29 fueron recapturados y otros volvieron por su propia voluntad.
Además de las tres ciudades más afectadas, el sismo también se sintió en Lima, donde se derrumbaron casas antiguas, y en los departamentos de Huancavélica, vecino a Ica, Huaral, Huanuco, Abancay, Chachapoyas, Arequipa y Chiclayo.
Los argentinos que necesiten información sobre sus parientes en Perú pueden comunicarse a los teléfonos de la Cancillería 4819-7000 o al 4819-7896, perteneciente a la Dirección de Argentinos en el Exterior.

El más fuerte en el mundo desde 1990
El terremoto registrado en Perú fue considerado el quinto de gran magnitud producido en la región desde 1900 y el de mayor intensidad en el mundo desde 1990.
Rainer Kind, experto del Centro de Investigación Geológica de Potsdam (Alemania), uno de los principales referentes en sismología en ese país, informó que se registraron sismos en la zona cercanos a la magnitud de 7 grados en 1908, 1966, 1974 y 2001.
Los peores terremotos que afec­taron al país son éstos:
- 23 junio de 2001: seis departa­mentos del sur fueron sacudidos por un movimiento telúrico de 6,9 grados en la escala de Richter que dejó 102 muertos y centenas de heridos,
- 4 abril de 1991: un centenar de muertos en el noroeste del país por un sismo de 6,2 grados.
- 29 mayo de 1990: más de 100 muertos por un sismo en el norte.


COMO AYUDAR

Cuenta de Cáritas. Cáritas Argentina abrió una cuenta corriente en el Banco de la Nación Argentina, sucursal Plaza de Mayo, N° 38632/92, a nombre de Cáritas Argentina; CBU 01105995-20000038632921. En cualquier sucursal de la entidad bancaria se podrá depositar ayuda monetaria que luego será enviada a Perú.


Inmediata ayuda internacional para las víctimas del terremoto
Argentina y la mayoría de los países de la región enviaron aviones con elementos para paliar el drama

Los go­biernos de la región y de España reaccionaron ayer con anuncios de pesar y envíos de ayuda a Perú.
En Buenos Aires, el canciller Jorge Taiana informó a su colega peruano José Antonio García Belaúnde que la Argentina enviará ayuda humanitaria.
Agustín Colombo Sierra, subsecretario de política latinoamericana de la cancillería, informó que entre la ayuda seleccionada figura el envío de carpas, pastillas potabilizadoras, determinados medicamentos y un cargamento im­portante de frazadas.
La presidenta Michelle Bachelet dijo que se comunicó con el presidente Alan García "para expresarle a nombre del gobierno de Chile y del pueblo chileno los sentimientos de pesar por las víctimas y nuestra solidaridad en es­tos duros momentos". Las rela­ciones entre Chile y Perú pasan por un momento de tensión debi­do al rechazo chileno a mapas peruanos sobre una nueva delimi­tación fronteriza marítima.
Bolivia y Colombia fueron los primeros en enviar ayuda, que también la comprometieron Brasil, Panamá, México y varios organismos internacionales.
En La Paz, el ministro de Defensa boliviano, Walker San Miguel, señaló el gobierno envió "un avión con 12 toneladas de solidaridad" y que viajará un equipo del Grupo SAR de la Fuerza Aérea de Bolivia (FAB). "Va ir en la aeronave, se va a quedar a trabajar con Defensa Civil de Perú, en la misma ciudad de Pisco, ayudando en salvamento, al traslado de enfermos".
En Bogotá, el presidente Alvaro Uribe entregó un mensaje de solidaridad y anunció que espera viajar a Lima en los próxi­mos días para expresar su apoyo al presidente Alan García y ofrecer la ayuda de Colombia.
"Queremos poner un grano de arena a fin de que la hermana nación supere esta tragedia", dijo Uribe. Se prevé que Colombia envíe el jueves un cargamento con unas 20 toneladas de ayuda hu­manitaria y también unos 20 socorristas.
En Brasilia, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva dijo estar consternado por las trágicas consecuencias del terremoto y ofreció asistencia humanitaria para las víctimas. Lula di­jo que el gobierno enviará toda la ayuda humanitaria que se pre­cise para "mitigar el sufrimiento de las familias".
De acuerdo con el palacio de gobierno, el presidente Alan García solicitó a Brasil el envío de agua, medicinas, comida en latas o en conserva y tiendas de campaña.
En Montevideo, el gobierno uruguayo manifestó su "más profunda solidaridad" con el pueblo y el gobierno del Perú por el trágico sismo.
Desde Madrid, el presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero expresó sus "más sentidas condolencias" por la "gran pérdida de vidas humanas y los daños materiales provocados".
En tanto, algunas organizaciones de ayuda internacional también anunciaron paquetes de ayuda. La Cruz Roja Internacional envió dos aviones con cargamentos de ayuda y anunció la entrega de 205 mil dólares para un fondo de emergencia, mientras que el programa de Desarrollo de las Naciones Unidas repartirá dos paquetes de 100.000 mil dólares.

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Coincidentes muestras de solidaridad reflejaron ayer el impacto del sismo peruano en Latinoamérica.


¿Qué es un sismo?
Se denomina sismo, terremoto o simplemente temblor a las sacudidas o movimientos bruscos del terreno generalmente producidos por disturbios tectónicos o volcánicos. En algunas regiones de América se utiliza la palabra temblor para indicar movimientos sísmicos menores y terremoto para los de mayor intensidad. Se utiliza el término maremoto para denominar los sismos que ocurren en el mar. El origen de los terremotos se encuentra en la liberación de energía que se produce cuando los materiales del interior de la Tierra se desplazan, buscando el equilibrio, desde situaciones inestables que son consecuencia de las actividades volcánica y tectónica, que se producen principalmente en los bordes de placa. Los terremotos tectónicos se suelen producir en zonas donde la concentración de fuerzas generadas por los límites de las placas tectónicas dan lugar a movimientos de reajuste en el interior y en la superficie de la Tierra.

Antecedentes
Estos son algunos de los terremotos más mortíferos. Han sido enlistados aquí de acuerdo con el número de víctimas fatales que produjeron.
242.000 muertos: Julio de 1976, terremoto en Tangsan (China).
230.000: Diciembre de 2004, sismo con tsunami en Indonesia.
200.000: Mayo de 1927, sismo en Nanchang (China).
140.000: Setiembre de 1923, terremoto en Yokohama (Japón).
100.000: Diciembre de 1920, sismo en Gansu (China).
83.000: Diciembre de 1908, terremoto en Mesina (Italia).
70.000: Diciembre de 1932, sismo en China.
66.800: Mayo de 1970, sismo en las costas del Perú.
50.000: Mayo de 1935, terremoto en (Quetta), India.
40.000: Diciembre de 1939, sismo en Erzincan (Turquía).
37.000: Junio de 1990, terremotos en Ghilan y Zandjan (Irán).
31.000: Diciembre de 2003, sismo en Bam (Irán). La ciudad quedó destruida.
29.900: Enero de 1915, sismo en Avezzano (Italia).
28.000: Enero de 1939, sismo en Chile.
26.000: Junio de 1896, terremoto con tsunami en Sanriku (Japón).
26.000: Febrero de 1976, sismo en Guatemala.
20.000: Agosto de 1906, terremoto en Valparaíso (Chile).
17.000: Agosto de 1999, sismo y tsunami en Turquía.
8.000: Junio de 1998, dos sismos y un maremoto en Papua-Nueva Guinea.
5.700: Mayo de 1960, sismo y tsunami en Chile.
5.000: Agosto de 1976, terremoto y tsunami en el Golfo de Moro (Filipinas)
5.000: Agosto de 1976, terremoto y tsunami en Mindanao (Filipinas).
2.300: Noviembre de 1952, sismo y tsunami en Kamtchatka (Ex Unión Soviética).
2.000: Julio de 1998, terremoto seguido por un enorme tsunami en las islas de Papua-Nueva Guinea.

Terremoto-Tsunami-Indonesia-2004

230.000 MUERTOS. TERREMOTO CON TSUNAMI EN INDONESIA, EN 2004.


DESGARRADORAS IMAGENES y FOTOS DEL DESASTRE EN EL VECINO PAIS

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